Vivienda Weissenhof de Le Corbusier

INTRODUCIÓN:


En el año 1927 en Stuttgart, una asociación de arquitectos, la Deutscher Werkbund, organizó una exposición de las nuevas ideas arquitectónicas que quería difundir. Esta exposición consistía en mostrar las novedades constructivas a través de 16 viviendas, agrupadas en la Colonia Weissenhof, bajo la coordinación de Mies Van der Rohe.
Con esto se llevó a cabo un importante experimento arquitectónico, del que formaría parte Le Corbusier, una de las figuras más relevantes del Movimiento Moderno. Este arquitecto francés proyectaba en su obra lo que expresaba como teórico, y así es como, en su encargo para la Weissenhof, Le Corbusier anuncia los 5 puntos de la nueva arquitectura, que expondrá posteriormente.




FUNCIÓN:

La función define la arquitectura directamente en Le Corbusier. La vivienda es una máquina para habitar; Todo está dispuesto de modo que facilite su uso.
Hace efectiva la división de la vivienda en zona de día y zona de noche, y las articula mediante un eje de comunicaciones; la zona de noche experimenta un gran desarrollo en el interior de la vivienda, mientras que la zona de día se proyecta hacia el exterior (terraza-jardín, terraza bajo las columnas) 





Le Corbusier se preocupa por afinar los detalles para que la máquina de habitar funcione en estas dos viviendas, coexistentes en un espacio reducido, con todos los conflictos que ello puede generar (especial atención en los puntos de contacto, accesos…)
La Weissenhof actúa como escaparate del movimiento moderno; Le Corbusier en estas dos viviendas muestra soluciones funcionales para dos tipos diferentes de vivienda, siendo siempre el motivo de estas variaciones los propios habitantes.






MATERIALES


Una de las principales aportaciones de Le Corbusier es el entendimiento de la casa como una máquina de habitar, en consonancia con los avances industriales que incorporaban los automóviles, los grandes transatlánticos y los nuevos aeroplanos. Definió la arquitectura como el juego de los volúmenes bajo la luz, fundamentada en la utilización lógica de los nuevos materiales:


- hormigón armado
- vidrio plano en grandes dimensiones
- cristal
- acero
- elementos prefabricados.


El edificio de la Weissenhof se construye con una estructura mixta, de pilares metálicos en la zona frontal y de hormigón en la trasera, permitiendo la existencia de una fachada libre que se adelanta sobre la línea de pilares.



Le Corbusier nos describe la experiencia de construir una casa a los 18 años, y cómo entra en contacto con los materiales de construcción: "Me encargó su casa, y tuve mis primeros problemas graves con la opinión pública, que nunca cesaron." "Pero pude manejar piedras, ladrillos, y me interesé en los materiales, en su valor específico, en que construir es emplear materiales, respetar las leyes de la resistencia, inventar medios para vencer la resistencia.”




EL ESPACIO



El espacio en esta vivienda se define como  una sucesión en función de los usos del ser humano perfectamente calculado y proyectado.
La casa supone un único espacio común, sin jerarquías familiares ni distinción de dormitorios. Del mismo modo, la zona de día pretende transformarse al anochecer en un área nocturna.
La escalera aparece como un volumen independiente, asociado a una habitación, que permite el acceso a un pequeño pasillo de distribución de 70 cm, que como define Le Corbusier es la medida  adecuada para el uso del ser humano.



LUZ


Gracias al uso de la ventana corrida, el espacio como unidad y la orientación se consigue una gran homogeneidad en cuanto a la luz, quedando la zona de descanso más resguardada.













Aun teniendo en cuenta la orientación y la independencia tanto del pasillo como de la escalera (espacios), es muy notoria la entrada de luz aquí gracias a la ya mencionada ventana corrida, pues aunque no reciba directamente los rayos solares, si permite la entrada de claridad.


FORMA

Uno de los temas base de investigación de Le Corbusier es su interés por la industrialización y las nuevas formas de la vivienda, desde las que espera aparezcan una casa lógica y económica para todos, que pudiera llegarse a construir en serie.


Para su proyecto emplea como base un espacio que había percibido en los bares populares de Paris: dos muros paralelos a doble altura entre los que se coloca un altillo y que cuenta con una gran entrada de luz en su extremo libre. Le Corbusier reconoce las virtudes presentes en esta simple formulación, especialmente su capacidad de permitir una gran riqueza en sección, a la que suma la libertad en planta conseguida en sus trabajos previos con la estructura Domino (de pilares y jácenas de hormigón armado, con la escalera exenta para no perforar el forjado, siguiendo una lógica constructiva estricta). Ambos edificios se basan en estos principios formales diferenciándose, sobre todo, en su longitud


El primer edificio es un cubo blanco sobre «pilotis», con un apartamento de doble altura en el primero y segundo piso y terraza-jardín bien definida como terminación.


El segundo edificio era una casa de apartamentos, levantada también sobre «pilotis» .Las escaleras se ubican en torres como elementos separados, proyectándose hacia afuera del «prisma puro». Destacar una hilera de ventanas corredizas que se extienden a lo largo de todo el edificio.





  



LENGUAJE



Meses antes de la inauguración de las viviendas de Stuttgart, Le Corbusier había planteado ya en uno de sus manifiestos sus “cinco puntos para una nueva arquitectura”. Estos nacen principalmente gracias a la liberación tanto en planta como en las fachadas que supone el surgimiento de las nuevas estructuras tanto de hormigón como de acero (como es el caso de su vivienda en la exposición) que eliminan por completo los muros de carga.




Vemos en esta foto como el uso de los pilotis permite un mayor grado de libertad a la hora de compartimentar la vivienda, aumentando asi las superficies útiles. Aparece aquí otro de los puntos: la planta libre, que produce un mayor aprovechamiento funcional.

Del mismo modo la existencia de pilotis permite elevar la vivienda sobre el terreno, hacer que quede suspendida. Consiguiendo así un nuevo lugar útil, un lugar de observación del entorno.Podemos apreciar también como el hecho de que haya una serie de escaleras desde el terreno hasta la entrada en la casa impulsa la idea de “promenade” arquitectónico, tan importante en la obra de Le Corbusier.
La terraza jardín nos permite a la vez seguir manteniendo el aislamiento térmico, gracias a las losas de hormigón y además convierte la cubierta n un nuevo espacio útil, un ámbito para el esparcimiento. La fachada libre es posible al retrasarse la posición de los pilotis respecto de la fachada liberándola de toda función estructural. Y es por ese motivo por el que puede existir la ventana corrida pudiendo abarcar así todo el ancho de la fachada mejorando así la relación con el entorno e inundando de luz el interior.